¿Qué es el TTIP?

El Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP) comenzó a gestarse en un momento de crisis económica mundial (que fue así, mundial, principalmente por efecto de la Globalización), como un mecanismo para mega globalizar todo aún más.

En resumen este tratado pretende que las normativas de Europa y Estados Unidos se armonicen, de tal modo que se facilite el comercio y el tráfico de personas entre países a ambos lados del Atlántico. La excusa para esta armonización no es arancelaria pues por lo visto los impuestos en operaciones entre los países involucrados no son elevados. Se pretende otra cosa, que todo lo que se fabrique en los países participantes siga las mismas reglas y tenga las mismas limitaciones, lo que en el caso Europeo conllevará la reducción de controles sanitarios en alimentos y cosméticos, provocando también la pérdida de derechos laborales y muchas cosas más.


El asunto está en que cuando se pretende realizar una armonización normativa al compás de Estados Unidos, la armonización termina en desregulación porque Estados Unidos es el país menos regulado del mundo por ser puramente capitalista. El TTIP trata de que Europa asimile el modelo estadounidense y por tanto será la mano invisible la que se encargue de que no haya desigualdades, de que se paguen salarios justos, de que haya derechos laborales, de que haya negociación colectiva... Cosas que hasta el día de hoy la mano invisible no ha conseguido llevar a cabo en Estados Unidos.

El TTIP surge como la tabla de salvación de la economía mundial, cuando lo cierto es que es una herramienta de la misma naturaleza que las normas y la especulación que nos han llevado a la propia crisis. Por usar términos coloquiales, es echar más leña al fuego para que se apague. Encima, el TTIP se viene negociando secretamente desde aproximadamente 2013. Desde entonces Europa actúa a espaldas de los ciudadanos mientras nos dicen que tranquilos, que ellos son los que entienden del tema (si es que han llegado a decir algo).

Es para plantearse si el patio está como para TTIP. No sé si tras el Brexit, el golpe fallido de estado en Turquía (o golpe fallido exitoso que ha permitido a Erdogan cepillarse a 21.000 profesores, 1.577 decanos de facultades universitarias, 2.745 jueces y fiscales, entre otros) y el resto de obstáculos que están haciendo del avance del Proyecto Europeo un muy lento peregrinar, son el mejor caldo para implantar un Tratado a todas luces cuestionable. O quizá precisamente esa situación sea la que nos haga vender definitivamente nuestra alma a Sheldon Adelson. 

Así es, hasta luego.

Si quieres saber más del TTIP, este video es muy recomendable.

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