¿Televisión o radio?



En primer lugar: ¡Feliz año 2016! Mucha salud, pasta y amor y paz para la humanidad.

Entrando en materia, este post está motivado por tres razones no necesariamente vinculantes para todo el mundo: primera, a día 4 de enero no hay noticias ni acontecimientos importantes que comentar (más allá de la continuación de hechos noticiosos pasados), segunda, las que hay, me cansan y no me apetece extenderme en ellas (por ejemplo el rechazo de la CUP a la investidura de Artur Mas) y la última, es que llevo tiempo comparando televisión y radio.

televisión radio cultura calidad contenido Para establecer la comparación no debemos tener en cuenta el inherente sesgo político de todos los medios de comunicación, si no ya habríamos terminado. Tenemos que ir más lejos: temática, entretenimiento, información...

Adelanto que actualmente vivo un idilio con la radio. De siempre me ha gustado y ahora la veo como el canal más informativo y cultural de todos. En programas de radio he escuchado contenidos que nunca hubieran tenido cabida en televisión, que eran muy interesantes y que tienen su público. El otro día en un viaje en coche oí hablar de Los Beatles, libros recién presentados, política, historia, curiosidades, medio ambiente... (sólo en unas pocas horas). Si esas horas las hubiera pasado viendo la televisión como mucho habría accedido a la enésima reposición de un capítulo de La que se avecina (oiga, yo muchas veces me los trago) o a un concurso en el que Arturo Valls no tiene ni puñetera idea de lo que está hablando.

La diferencia se encuentra en cómo trata cada medio al espectador u oyente en cada caso. Parece que cuando habla un locutor de radio lo hace para gente inteligente y cuando habla un presentador de televisión lo hace para gente idiota. En realidad ambos públicos son en la mayoría de casos coincidentes, sin embargo parecen dispuestos a tolerar diferente grado de estupidez dependiendo del medio al que atiendan.

Esto puede deberse a que a la radio se le suele prestar una atención subsidiaria (mientras el público trabaja, viaja o hace otras cosas) y no le importa que le proporcionen contenido de calidad, sin embargo cuando ven la televisión y prestan toda su atención, prefieren recibir productos laxos y sencillos para cuya comprensión no necesitan pensar.

¿Pensarán los oyentes de radio mientras escuchan toda esa cultura? ¿Estarán prestando atención a lo que le cuentan? Quiero creer que si, y si lo hacen ¿Por qué Gran Hermano tiene tanta audiencia? ¿Estarán todos los oyentes de programas culturales leyendo libros mientras se emite Sálvame Deluxe? O, ¿Estarán viendo esos mismos oyentes Sálvame Deluxe? Y de ser así ¿por qué lo harán?

El ser humano es un misterio y los españoles, más.

Así es, hasta luego.

Pd: No he hablado ni de prensa escrita ni digital para no eternizar el post. Igual otro día...

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